Una tradición de generaciones
En las pintorescas tierras de Apaneca, El Salvador, la historia de Shangrilá se teje con el hilo de tres generaciones dedicadas al cultivo de cafés de especialidad.
En el corazón de nuestra familia yace un profundo amor por la tierra y un respeto por las técnicas ancestrales de cultivo de café. Con el paso del tiempo, hemos perfeccionado nuestro oficio, combinando el saber transmitido de generación en generación con las últimas innovaciones en el campo.
Lo mejor de lo nuestro
En nuestras fincas, reconocemos que el verdadero corazón de nuestro café reside en las manos trabajadoras y dedicadas de la gente del campo que colabora con nosotros. Son ellos quienes, con su labor meticulosa, se encargan de las tareas vitales de recolección, clasificación y cuidado de cada grano, asegurando que solo lo mejor llegue a tu taza. Cada libra de café Shangrilá es un tributo a su labor incansable y una celebración de su importancia en nuestra familia cafetalera.




Taza de Excelencia
Hemos participado por años en el prestigioso certamen internacional Taza de Excelencia, obteniendo siempre excelentes resultados, debido a la alta calidad de nuestros cafés.
- 2012 - Quinto lugar 85 puntos
- 2013 - Cuarto lugar 85 puntos
- 2015 - Quinto lugar 85 puntos
- 2012 - Tercer lugar 88 puntos
¿Qué hace nuestro café ser tan especial?

Estricta altura
Nuestras fincas se encuentran en la cordillera Apaneca Illamatepec, a una altura superior a los 1500 m.s.n.m lo que permite el cultivo de cafés de especialidad. El excelente micro clima de la zona y la fertilidad de sus tierras le confiere a Café Shangrilá un alto grado de calidad en sus granos.

Cultivado bajo sombra
La sombra natural permite que los granos de café maduren a un ritmo más lento, absorbiendo nutrientes a lo largo del tiempo. Esto resulta en un perfil de sabor más complejo y profundo, con notas más ricas y matices equilibrados. Con café Shangrilá, descubrirás una armonía de sabores.

Técnicas de procesamiento
Una de las técnicas que utilizamos son las camas africanas, estas nos permiten mantener las propiedades sensoriales del café, tales como su acidez equilibrada, cuerpo robusto y sabor afrutado. Al evitar el contacto directo con el suelo, prevenimos la contaminación y la pérdida de sabor, asegurando que cada grano conserve su integridad y pureza.

Tueste perfecto
Nuestro equipo de maestros tostadores perfecciona cada grano con un tueste meticuloso que realza sus sabores únicos y resalta sus matices más exquisitos. Este toque final garantiza que cada taza de nuestro café ofrezca una experiencia sensorial incomparable, capturando la esencia pura de nuestra finca en cada sorbo.